Red de historia de los medios

Herramientas de la Red de Historia de los Medios | Año 3 | N° 10 | 2013
Desde afuera: la cobertura de los medios extranjeros en torno de la última dictadura militar argentina.

Paola Margulis

ReHiMe | Red de Historia de los Medios
CABA | Argentina | 2013
Se permite la reproducción total o parcial citando la fuente


 
Hacia fines de la década del setenta, muchas de las acciones comunicacionales de la Junta militar se orientaron a contrarrestar lo que el mismo régimen denominó “campaña antiargentina”.  Mediante un potente impulso, el gobierno militar intentó neutralizar a través de los medios locales y distintas operaciones comunicacionales las denuncias que desde el exterior del país se hacían sobre las violaciones a los derechos humanos. Estas acusaciones eran desacreditadas ante la opinión pública argentina, presentándolas como una campaña en desmedro de nuestro país.  

A partir del Mundial de Fútbol de 1978 el interés de los medios de comunicación extranjeros por la situación argentina se intensificó, sumándose a la presión que ejercían las denuncias realizadas por organizaciones de derechos humanos y exiliados políticos.  En dicho contexto, los micrófonos y cámaras de distintos países recibieron a intelectuales exiliados y miembros de organismos de derechos humanos en mesas de debate político, cubrieron distintos eventos a través de corresponsalías, y prepararon informes –algunos de ellos extensos, de más de una hora de duración- sobre la situación nacional.  Estos registros y denuncias difundidos por los medios resultan heterogéneos, exhibiendo un dispar grado de compromiso con las realidades que se vivían en aquel momento en distintos países latinoamericanos.  

Desde el punto de vista de la circulación, salvando algunas pocas imágenes que han logrado una amplia repercusión a través de su re-utilización como material de archivo en films y programas televisivos; con posterioridad al retorno democrático el metraje registrado por la televisión extranjera a propósito de la última dictadura militar no siempre encontró una amplia difusión en el nuestro país.  Se trata de materiales que permanecen dispersos, sin haber sido catalogados sistemáticamente, y que en su gran mayoría, no han sido analizados como parte de la relación medios-dictadura.  Sobre este punto, es preciso considerar que hacia las décadas del setenta y ochenta, el soporte de captación y almacenamiento de imágenes, a diferencia de lo que sucede en nuestros días, tenía una materialidad que no siempre facilitaba el intercambio a nivel internacional.
 
   
 
A continuación se presentan algunas imágenes de noticieros e informes exhibidos por la televisión francesa y alemana –este último caso mediatizado por el film Cuarentena. Exilio y regreso (Carlos Echeverría, 1983)- en los que puede apreciarse, parcialmente, el modo en que desde el exterior del país se cubrían acontecimientos correspondientes a la esfera pública argentina, sus instituciones y el tratamiento de los derechos humanos.

   
     
       
 
Fragmento 1 | Televisión Francesa
   
 
Estas imágenes posiblemente hayan sido puestas al aire el 17 de octubre de 1981 por la televisión francesa.  Se trata de un informe de noticiero en el que se aborda la situación política argentina hacia el último tramo de la dictadura militar.  El informativo contiene las declaraciones de Jorge Rafael Videla –sosteniendo que el régimen militar “ama  la libertad” y “proclama la libertad”-, junto con la desesperada situación de las Madres de Plaza de Mayo, en su búsqueda por dar con el paradero de sus hijos desaparecidos.  En dicho contexto, el noticiero brinda información sobre la desaparición forzada de personas, que en aquel momento se suponía ascendía a15.000, incluyendo bebés. 

Este mismo fragmento contiene, además, unas imágenes que recorrerían el mundo, siendo presentadas, dobladas o subtituladas, y exhibidas en distintos idiomas, a través de la televisión.  Dicho metraje es también el que da apertura al documental The Mothers of Plaza de Mayo (Susana Blaunstein (Muñoz) y Lourdes Portillo, 1985), uno de los primeros films no ficcionales en abordar el problema de la desaparición forzada de personas en Argentina.  Este fragmento contiene los contundentes y desgarradores testimonios de algunas Madres de Plaza de Mayo pidiendo desesperadamente ayuda ante las cámaras de televisión extranjera.  En él, las madres explican que todas las denuncias y testimonios están asentados en la Policía Federal y en el Ministerio de Hacienda, pero aún así, hace dos años que no tienen respuesta.  En la desesperación, una de las madres clama: “Todo lo que queremos saber es dónde están nuestros hijos, vivos o muertos.  Una angustia porque no sabemos si están enfermos, si tienen frío, si tienen hambre, no sabemos nada.  Y desesperación señor, porque ya no sabemos a quién recurrir.  Consulados, embajadas, ministerios, iglesias, de todas partes se nos han cerrado las puertas.  Por eso les rogamos a ustedes, son nuestra última esperanza.  Son nuestra única esperanza”. 

Estos pedidos de ayuda testimonian el rol de las instituciones argentinas, incluyendo el papel cómplice de los medios masivos a nivel local.  Esta situación termina por desplazar la expectativa de las Madres hacia la prensa extranjera, postulada como el último recurso para hacer público y audible aquello que a nivel local era mantenido en oculto.  
   
     
       
 
Fragmento 2 | Televisión Francesa
   
 
El siguiente fragmento corresponde a un informe televisivo emitido en Francia, probablemente el 12 de junio de 1982.  El registro, tomado en Buenos Aires, presenta la marcha semanal de Madres de Plaza de Mayo en el contexto de la visita del Papa Juan Pablo Segundo, ya sobre el final de la Guerra de Malvinas.  Frente a las cámaras de la prensa extranjera, un grupo próximo de hombres –que las Madres caracterizan como provocadores- las acusa de ser las madres de comunistas y terroristas, y también de no ser patriotas. 

La cámara panea con brusquedad intentando esquivar los intentos de varios hombres -que llevan escarapelas en las solapas de sus trajes- por evitar que el camarógrafo extranjero siga registrando la situación, mientras se escucha de fondo el cántico “que se vayan, que se vayan”.  La lente pierde por completo su estabilidad al absorber el empujón de uno de estos hombres, que avanza sobre la cámara mientras el cántico se va transformando en un grito ya mucho más enérgico que sostiene: “Argentina, Argentina”.  Hacia el final, la cámara debe abandonar la plaza, acompañada por efectivos policiales.

En un contexto polarizado por la Guerra de Malvinas, en el que se exhiben por todos lados banderas de la Argentina cruzadas con los colores del Vaticano, las posiciones hacia uno y otro lado de la línea que se establece a partir del lugar de la cámara, estarían dadas en función de la oposición entre “argentinos” y “anti-argentinos”.  Dentro de esta lógica de marcados antagonismos, la posición de las Madres es inmediatamente arrastrada por los otros manifestantes que ocupan la plaza hacia el extremo de lo “antipatriota”; situación que también pasa a ser compartida por el ojo que observa esta escena y lo da a conocer al mundo (la cámara). 
   
     
       
 
Fragmento 3 | Cuarentena
   
 
La crítica al papel de las masas en apoyo a la dictadura comenzaría a ser incorporado, gradualmente, por el documental post-dictadura.  Esto se observa claramente en el film Cuarentena, exilio y regreso (Carlos Echeverría, 1983) el cual reproduce, también, algunas de las imágenes tomadas por la televisión alemana a propósito de la visita de la Comisión de Derechos Humanos de la OEA en septiembre de 1979.  El metraje de archivo correspondiente a dicho momento, presenta largas hileras de gente aguardando en las calles céntricas de Buenos Aires para asentar el reclamo por los actos de violencia y desaparición forzada de personas.  Sin embargo, el audio que incorpora el film para acompañar dichas imágenes corresponde al del accionar de otras masas:  aquellas que salieron a vitorear el triunfo argentino en la Copa Mundial de fútbol (algunas breves imágenes de los festejos en las calles son intercaladas, incluso, entre las de la visita de la OEA).  La voz encendida de José María Muñoz da paso a un movilero que describe:
   
 
 
Realmente impresionante, Muñoz, celeste y blanco, solamente el obelisco falta, con los colores argentinos el pueblo se ha volcado a las calles.  La familia argentina, como es habitual en nuestro querido país, festejando con total corrección esta nueva victoria del fútbol argentino. 
 
   
 
Luego de unos instantes, cuando la banda de audio del film finalmente sincroniza con las imágenes de la visita de la OEA, se puede escuchar aquello que los festejos del mundial estaban silenciando:  las acongojadas voces de un hombre mayor y de una mujer denunciando frente a las cámaras de la televisión alemana, la desaparición forzada de sus seres queridos.  Esta comparación entre los festejos del mundial y el tormento de aquellos que denunciaban el horror de la dictadura –paralelismo que luego se tornará recurrente en posteriores documentales y programas periodísticos televisivos al aludir a dicho período-; tiene la particularidad de captar el momento específico en el cual el testimonio comienza a adquirir cierta visibilidad pública –al menos en el exterior del país-;  permaneciendo, en muchos casos, velado a nivel local.  Sobre este aspecto, el realizador Carlos Echeverría reflexiona: 

   
 
 
Pienso que pocos materiales reflejan en pocos segundos la angustia de ese momento y de esos familiares.  Por un lado, está la desesperación de los familiares de desaparecidos por ser escuchados, el haber vencido el miedo y animarse a decir algo porque el periodista es extranjero.  Pero por otro lado, el periodista entiende poco y tiene poca paciencia para escuchar; salta de una persona a otra,  desembarazándose del momento; sin repreguntar una sola vez ni registrar en detalle los crímenes que por primera vez salen a la luz en esa vereda de Avenida de Mayo.  Siempre sentí que esas personas son escuchadas y abandonadas en el mismo momento.  (Entrevista concedida por Carlos Echeverría, 08-05-11).
 
   
 
De ese modo, Cuarentena… al igual que otros documentales de la transición democrática –como The mothers of Plaza de Mayo (Susana Blaunstein (Muñoz) y Lourdes Portillo, 1985), Todo es ausencia (Rodolfo Kuhn, 1984), entre otros-, comenzarán a re-apropiarse de los testimonios provenientes de los registros televisivos asignándoles una entidad que no tenían en sus utilizaciones originales.  Estos documentales tenderán a resituar los testimonios como parte de la organización de una narración, ya no meramente informativa, sino también profundamente crítica, apoyada en una adecuada contextualización. 
   
       
       
 
     
  Herramientas de la Red de Historia de los Medios | Año 3 | N° 10 | 2013
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Paola Margulis
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