Antena

De Páginas de cine
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Ficha técnica
Director Julio Korn – Aníbal Alverdi – Eddie Consalvo – Jorge Lafauci – Oscar E. Gerding
Editorial Julio Korn – Crea SA – Abril SA
Domicilio Corrientes 830/ Belgrano 624
Nº de Prop. Intelectual 201.494/ 345.904/ 406.542/ 595.192/ 754.506/ 888.455/ 929.898/ 1.432.247/ 25.804
Formato 21,5 cm x 28,5 cm / 26,5 cm x 33 cm. Tapas con foto (al principio coloreadas). Interior sepia, luego blanco y negro
Secciones Fijas En tono confidencial, El alma en la anécdota, La carta extraviada, Informaciones del cine nacional (El cine criollo), Hollywood al desnudo (Hollywood indiscreto), Diario del cine, Dicen que dicen, ¿Qué me reserva el destino?, Reservado, Sucesos, Cine opinión, Programas de radio y televisión, etc.
Columnistas Chas de Cruz, Martha del Valle, Catalina Dlugi, F. Loiácono, G. Blanc, A. Ojam, E. Barone, H. Molinari, Carl Schaefer, etc.
Auspiciantes Canale, Geniol, Pond’s, Ricoltore, Colgate, Mejoral, Brancato, Aguila, Helene Curtis, Palmolive, Delial, Polyana, Deville, revistas Labores, Vosotras, Aire y Sol, Anteojito, Vivir, TV guía, etc.
Periodicidad Semanal
Años de publicación MUSEO DEL CINE:1949/ 1951/ 1952/ 1953/ 1960/ 1961/ 1964/ 1966/ 1968/ 1969/ 1970/ 1971/ 1973/ 1974/ 1975/ 1976/ 1977/ 1978/ 1979/ 1983/ 1984/ 1985/ 1986/ 1987/ (46)

BIBLIOTECA NACIONAL: 1939/ 1940- 1941- 1942- 1943/ 1944/ 1945/ 1946- 1947/ 1948/ 1949- 1950/ 1951/ 1952/ 1953/ 1954/ 1955/ 1956/ 1957- 1958/ 1959/ 1960/ 1961/ 1962/ 1963/ 1964/ 1965/ (968)

Reseña

Antena nace en el año 1931 creada por Julio Korn, también fundador de Radiolandia, de modo que ambas publicaciones están muy emparentadas y siguen desarrollos bastante similares.

Antena es una revista con una larga historia, pues circula durante más de cincuenta años casi ininterrumpidos (con un breve paréntesis a comienzos de los 80), durante los cuales no sufre mayores modificaciones. Se trata de una revista semanal dedicada básicamente a los medios locales y sus principales protagonistas. Sólo en la década del 80 cambia su formato original por uno de mayor tamaño pero con muchas menos páginas, lo cual marcó su final. La resolución gráfica exhibe un diseño que basa su atractivo en las ilustraciones y fotografías. Por las portadas de Antena, en los comienzos distinguidas con la firma de Anne Marie Heinrich, desfilaron los personajes más populares de cada época, entre ellos: Mirtha Legrand, Amelia Bence, Olga Zubarry, Carlos Thompson, Armando Bo, María Aurelia Bisutti, Alfredo Alcón, Nélida Lobato, Federico Luppi, Pinky, Rodolfo Bebán, Andrés Percivale, etc.

La promoción y difusión de las actividades del espectáculo local, será entonces una constante en la revista. A lo largo de su historia, la temática radial irá cediendo paso a la información sobre cine, y ésta a su vez se verá eclipsada luego por la televisión; pero en todos los casos, la perspectiva elegida como puerta de entrada a estas esferas será el seguimiento de las grandes figuras y sus avatares en el ambiente.

Un repaso por los nombres de las secciones lo confirma: En tono confidencial, El alma en la anécdota, Dicen que dicen…, Noticiero estelar, Síntesis social, Hollywood al desnudo (Hollywood indiscreto), TV dialoguitos, Cosas que no se dicen, Reservado, Pildoritas, Los pescamos in fraganti, y muchas otras cuyo contenido se basa en recorrer la agitada vida de los famosos, tanto profesional (estrenos, contratos, proyectos, nuevos programas) como privada (rumores, anécdotas, intimidades, festejos, enredos amorosos, escándalos). Está claro que para la revista el mundo de las estrellas no es sólo uno de los componentes de la industria del espectáculo, sino el pilar que lo sustenta, por eso, a su manera, se encarga de alimentarlo. Particularmente, se muestra siempre inclinada a establecer paralelos entre ficción y realidad, revelando el costado humano de las estrellas y jugando con la fascinación e identificación del público.

Como testigo y acompañante del proceso de consolidación de la industria cultural en nuestro país, Antena comparte con sus colegas gráficos las mismas inquietudes y participa de los debates y polémicas propios de una época en la que existía la necesidad de definir una identidad popular. Así, durante las primeras décadas, encontramos editoriales que analizan el rumbo de los distintos medios, apoyando la producción nacional frente a la competencia, o bregando por una mayor organización y profesionalismo. Por ejemplo, el N° 960 (agosto 1949) analiza la crisis del cine criollo, al que diagnostica un “estado febril”, propio de un “muchachito en crecimiento” con sus “pantalones largos” recién estrenados.

Habla de una desorientación en los productores a raíz de la dicotomía entre hacer cine con temas nacionales y de ambiente local o temas de condición universal. Finalmente, concluye que el tango debe figurar y que debe recurrirse a temas nacionales con frecuencia: “Lo ideal sería 15 o 20 películas para matizar el resto”, sin dejar de recomendar, a la vez, “elevar el nivel artístico, dándoles verdadera jerarquía”. Con el tiempo, este temprano reclamo será dejado a un lado y las películas serán juzgadas (en secciones como Informaciones sobre el cine nacional, Cine al día, Cine opinión, Sucesos) con criterios tan disímiles como el éxito de público, lo interesante del argumento, las actuaciones, la repercusión en el extranjero o los premios obtenidos.

Si tenemos en cuenta la prolongada existencia de semanarios como Antena y Radiolandia, no podemos dejar de reconocer que Julio Korn tuvo la capacidad de crear y mantener, gracias a un nutrido staff de cronistas especializados, un estilo editorial que le reportó grandes beneficios.

El encanto con que solemos apreciar las viejas publicaciones de los años 40 y 50, propio de una mirada idílica que tiende a rodear al pasado con un halo de nostalgia, se diluye lastimosamente ante casos como el de Antena, que termina sus días convertida en un verdadero pasquín farandulesco.

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Referencias

González Centeno, Carolina (2003). Antena. En Kriger, Clara (dir.) Páginas de cine. Buenos Aires: Archivo General de la Nación (Pp. 21-23).

El texto original de esta entrada es una transcripción del artículo original de González Centeno.